Rodeada de muertos que aún están despiertos
merodeando por mi habitación interrumpiendo, agitando mis sueños
cuando abro los ojos se van disolviendo al pasar del tiempo,
pero, cuando llega mi noche de nuevo, al cerrar las cortinas de mis ojos negros
vuelven a exaltarme el pensamiento,
¿qué haré con ellos? que son mi insomnio e inquietud
¿cómo calmaré mis dudas, mis miedos?
Que me carcomen por dentro despedazando mi interior enfermo
dejándome afligida rasguñando desvalida por una gota de vida
buscando a tientas sin los ojos que miran
y con la lengua cocida que sólo quería confesarte lo que sentía,
lo mucho que te quería,el amor que me vencía
y en un delirio me mantenía consciente sobre noches y días
y pensar que tú me correspondías pero la distancia lo nuestro impedía,
el último delirio que sufriría sería cuando tú venías y en tus brazos me mecías...
Todo este delirio nunca pasaría, esperaría mil años por una mentira, una ilusión que nunca sucedería.
Enloqueciendo...
muriendo...
por un amor como el nuestro...
Prefiero bolver a mis días cuerdos.